BIENVENIDOS NOSOTRAS +SEGUIR
♥ Menú



Entradas por autora:
♥ Visitas



♥ Recuerda que...

Un blog se alimenta de tus COMENTARIOS


♥ Afiliados

Afilianos ❣

Afiliame! n__n Yurika Sekai SpainvsJapanNeworld [[ Arlequin Creations ]]
♥ Cumple del blog

Get your own free Blogoversary button!

♥ We Heart It {Kurumi}

♥ Credits

A Round of Applause to the following
Designer: Cynna
Image: Cyworld KR
Host: Blogger
Scripts : Dynamic Drive

Edit: Kurumi {Admin. de este blog}
Resources:
Tutorials:
Other:

Creative Commons License
© 2013. Kawaii Asia Rocks.
Leyla 18:52:00, lunes, 1 de julio de 2013 Permalink
Atrapada en la Oscuridad. (Parte II).
   Capítulo 1: Un nuevo miembro en nuestro grupo.
Mi madre me dijo que sería una buena idea que acompañara a Lysandro al instituto y le ayudara a integrarse.
-    Parece un buen chaval, Courtney. Y no te olvides que tenemos que ser amables con los vecinos.
Lysandro parecía estar encantado con la idea aunque Nina, que parecía tenerle mucho cariño a su hermano, le cogió de la mano y le miró de manera melancólica.
-    Quiero ir contigo Lysandrito.
-    ¿No puedes esperar un año más? – respondió su hermano con un tono burlón- todavía eres muy pequeña, dulce Nina, prométeme que mañana irás con nuestra madre a la escuela.
-    E- está bien – musitó- pero espero que me lo cuentes todo sobre ese instituto cuando vuelvas.
¿Lysandrito? En su momento estaba tan en mi mundo que no me di cuenta de la gracia pero pronto admití que sonaba bastante gracioso, además, no podía estar más contenta, parecía que mis deseos se habían hecho realidad porque de una vez por todas había conseguido que mi vida se volviera un poco más interesante, el problema fue que por la noche no dormí nada bien de lo nerviosa que estaba, no paraba de imaginarme la situación en el que hacía de guía a Lysandro en su primer día.
Pero el temor se apoderó de mí: Tenía que ser tan educada como él, y además esperaba aconsejarle y ayudarle lo mejor posible. “Tranquila Courntney”, me dije, “lo único que tienes que hacer es ser natural y así todo irá bien”.
Sonó el despertador a las ocho de la mañana, me vestí y me peiné rápidamente, lo mejor posible para estar radiante y bajé emocionada a la cocina para desayunar tarareando alegremente.
-    Vaya, pues si que estás contenta esta mañana.
¿Otra vez lo mismo de siempre? Me di la vuelta para saber quién era porque al principio no había reconocido la voz.
-    ¿L- lysandro?
Lysandro hizo un esfuerzo para no reírse pero afirmó que aquella situación era muy divertida.
-    Lo siento, no pretendía asustarte de ese modo, de hecho soy yo el descortés.
No entendía nada de lo que estaba pasando, mi cara pasó rápidamente a una tonalidad rojiza y sobre todo cuando llegó mi madre que prácticamente había adivinado mis pensamientos.
-    Lo siento hija, pensaba que te estabas arreglando, o como mínimo durmiendo.
“¿Es que todos se habían puesto de acuerdo para tomarme el pelo?” Pensé.
Mi madre, en su esfuerzo por ser agradable con los vecinos, invitó a Lysandro para que desayunara con nosotros esa mañana mientras que su madre acompañaba a Nina a la escuela y así, su hermano no se quedaba solo en casa. Desde ese momento, anoté a mi madre en “mi lista” de trolls de primera. Hay que reconocerlo, mi madre siempre ha sabido lo que rondaba por mi mente y esta vez no iba a ser una excepción. Por una parte se lo agradezco, por otra, me da vergüenza…
Lysandro comía despacio y casi con delicadeza pero no le hacía ascos a nada pues tenía bastante apetito, curiosamente, era justo lo contrario a lo que me pasaba a mí que por las mañanas suelo tener el estómago cerrado y no consigo comer nada hasta que no haya pasado una hora, pero tenía que hacer un intento todas las mañanas, comía un poco y me preparaba un bocadillo para comérmelo en el descanso.
-    Te pasa lo mismo que a Nina, a ella también le cuesta mucho desayunar por las mañanas hasta que no haya pasado un tiempo.
-    Me alegra saber que mi hija no es la única a la que le pasa – continuó mi madre- así que Courtney, cielo, si no tienes hambre, mejor que te bebas el zumo mientras te preparo el bocadillo que si no…
Ding dong Por una vez fue a mi madre a la que la interrumpieron.
Eric y Violeta llegaron como de costumbre y era la ocasión perfecta para presentarles a Lysandro. A Eric al principio le costó tolerar su presencia, fue una situación extraña porque actuó como si fuera un animal, como si él fuera el “jefe de la manada, el macho alfa” y Lysandro estuviera dispuesto a robarle su puesto. Violeta en cambio actuó con absoluta normalidad y no había nada de recelo en su actitud. Cada segundo que pasaba temía que algo malo ocurriera, no quería que el primer día de Lysandro fuera un desastre y me esforcé para que todo saliera a la perfección pero como era de esperar no fue así.
Por suerte o por desgracia, mis compañeros de clase tienen el defecto de etiquetar a las personas sin conocerlas sólo por su aspecto y Lysandro estaba encaminado a ser una de sus víctimas por su aspecto, por los libros que leía, porque la música que escuchaba no era la misma que la del resto, porque su vocabulario era más amplio que el de los demás, etc. Al principio era como un oso de circo al que todo el mundo le gustaba porque se trataba de una novedad, pero muy pronto la gente se fue cansando e ignoraron a Lysandro por el simple hecho de ser diferente. Aunque no todos lo hicieron y los que en su momento le despreciaron, hoy se arrepienten de no contar con la amistad de una excelente persona. Por otra parte, fui enseñándole a Lysandro cada recoveco del instituto, los profesores con los que teníamos clase y  todos los consejos que en su momento fui adquiriendo con el paso del tiempo.
Dejé lo último para el final: La biblioteca. No podía faltar porque lo tenía todo y allí fue donde descubrí que Lysandro sentía la misma pasión que yo por los libros. Estuvimos un buen rato hablando de nuestros autores favoritos, de los géneros que más nos deleitaban y los que nos faltaban por hallar. Una de las conversaciones más productivas de mi vida.
Tras eso, Lysandro me sonrió y se decidió por un libro sobre las civilizaciones antiguas.
-    ¿Civilizaciones antiguas?
-    Me parece un buen libro para comenzar a utilizar mi carnet de estudiante, ¿no te parece? Siempre he querido saber más sobre estas civilizaciones tan olvidadas.
La ambición de Lysandro por saber más debería de haber sido respetada por los demás, ¿acaso no entienden eso de que el saber no ocupa lugar? Me decepcionó el simple hecho de que el resto le miraran como si fuera un “bicho raro” al verlo con un libro que nadi había tocado en siglos.
-    Pura envidia, no hace falta tomárselo tan en serio y hay que admitir que es imposible caer bien a todo el mundo- dijo Lysandro- además sé que al menos hay alguien que confía en mí y no le parezco un bicho raro. Me guiñó un ojo y se marchó.
No supe qué decir ni cómo actuar. Me sentía mal por lo ocurrido a pesar de que aparentemente, Lysandro no se lo tomó mal pero mi cabeza seguía dando vueltas afirmando de que simplemente todo era una fachada, que seguro que por dentro se encontraba un tanto hundido.
Al finalizar las clases Eric, Violeta y yo hablamos de lo ocurrido. Eric se limitó a decirme que no le diera tantas vueltas a la cabeza y Violeta me aseguró que todo pasaría porque simplemente se trataba de una mala racha.
Eric no estaba tan seguro, seguía con la idea de que Lysandro era un buen chaval pero que también era un poco “rarito”.
“Rarito”. Esa palabra fue la guinda del pastel, lo suficiente como para que estallara Violeta con un bocinazo.
-    ¿Rarito? Hombre tenías que ser porque está claro que no te das cuenta de nada. ¿Quieres dejar de criticar algo que no conoces y ayudar a nuestros amigos? Y sí, he dicho NUESTROS, Eric, a ver si te enteras de que Lysandro se está ganando que forme parte de nuestro grupo de AMIGOS.
Era cierto que Violeta era demasiado tímida pero de vez en cuando te sorprendía con su carácter de tal modo que el pobre Eric no se atrevió a decir nada y se fue, sin embargo, Violeta y yo dimos un pequeño paseo por el parque para hablar las cosas antes de volver a casa.
Estaba claro que el día no fue fácil para ninguna de las dos pero Violeta volvió a su estado tranquilizador para decirme que al día siguiente tendría que disculparse con Eric y que, por supuesto, yo debería relajarme con el asunto de Lysandro. No era un niño pequeño, él sabe cuidarse. Sonreí con el apoyo de Violeta y volvimos a casa porque ambas nos sentíamos que ya nada podía salir mal, o al menos de momento.
Al volver a casa simplemente me limité a continuar con mis tareas y descansar tras el largo día.
Cuando parecía que todo había vuelto a la normalidad, todavía me quedaban más sorpresas:
-¡Courtney cielo, tienes visita!
¿Visita? ¿A estas horas? ¿Un lunes? ¿Qué más me podía pasar? Bajé las escaleras de dos en dos para ver de quién se trataba hasta que oí unas risitas de…. De nuevo, Lysandro.
-    ¿Es una costumbre eso de ir por tu casa tan salvaje? – rió
-    N- no tiene gracia. ¿Cómo es que no estás aquí?
Lysandro me mostró un paquete cuidadosamente envuelto que desenvolví casi con brutalidad y ver con sorpresa que se trataba de una caja de bombones.
-    Hoy has sido tan amable conmigo que decidí agradecértelo. Estoy bastante contento con la acogida que me has dado y por el cariño que me habéis mostrado tú y tus amigos.
Estaba totalmente confundida, no sabía de qué me estaba hablando pero el mismo Lysandro se encargó de contarme su punto de vista: Para Lysandro, lo mejor era ver el lado positivo de las cosas, daba igual si la gente le consideraban un “bicho raro”, ya había encontrado a una excelente guía que se encargaba de que todo fuera a la perfección, a una chica que no era muy habladora pero que sabía escuchar y sabía poner orden cuando se requería y a un aparente rival pero un gran compañero y amigo en el que sabía que podía contar con él en un futuro. Estaba claro que Lysandro tenía una gran capacidad de análisis, sobre todo con las personas y esa conclusión me tranquilizó mucho.
-    Courtney, da igual si hoy haya encontrado a gente que no me hayan aceptado, ya se arrepentirán cuando consigan tener la mente más abierta. Yo prefiero quedarme con lo bueno y con las tres personas que sí me han aceptado.
No podía estar más de acuerdo a excepción de Eric, que todavía me parecía un elemento dudoso.
A la mañana siguiente me encontré de nuevo a Lysandro, parecía que eso de desayunar entre semana en mi casa se iba a convertir en una costumbre, con la diferencia de que esa vez no me pilló desprevenida. Pero lo que no me rondaba por la cabeza en esos momentos no era Lysandro, sino Eric y Violeta.
Recibí un mensaje de Violeta diciendo que tenía que ocuparse de Eric para disculparse  y que prefería hacerlo sola.
El camino hacia el instituto lo hicimos Lysandro y yo, en silencio, preguntándonos que había pasado con los dos “insurrectos”.
Pudimos responder pronto a nuestra pregunta cuando vimos a Eric y a Violeta en clase, tan normales, como si nada hubiera ocurrido. Y en cuanto nos vieron, nos saludaron y nos hicieron gestos para hablar con nosotros.
-    Tenemos que hablar con vosotros, en especial con Lysandro – Violeta fue la primera en empezar a hablar mientras le hacía señales a Eric.
-    Emmm, sí por supuesto, Lysandro, te tengo que pedir disculpas.
-    ¿Disculpas? ¿Qué quieres decir?
-    Pues…. Ayer no tuviste la bienvenida que te mereces, y oye, no hagas caso a los que digan los demás, si alguien se atreve a molestarte tendrá que hablar con mis dos amigas – dijo mientras enseñaba los puños.
-    Algunas veces Eric dice tonterías cuando se pone nervioso – continuó Violeta- Lysandro, Eric intenta decirte que eres bienvenido al grupo y espera que tengas una buena estancia tanto aquí en el instituto como en el pueblo. No deberías tenerle en cuenta algunas de sus tonterías como hombre que es no sabe expresar sus sentimientos.
En pocos segundos, pasamos de una seriedad absoluta a unas risas entre los cuatro, yo estaba más tranquila porque por fin había vuelto todo a la tranquilidad y habíamos ampliado nuestro grupo con un miembro más. ¿Qué más podía pedir?
Para redondear la jornada, por la noche, pues mientras estaba en mi casa dispuesta a relajarme tras el largo día, la voz de Violeta me llamó desde la calle con un “Courtney” tan alto que alarmó a los perros de los vecinos.
Vino por si quería acompañar a ella y a Eric al bosque, era una actividad que solíamos hacer de vez en cuando, como teníamos el bosque tan cerca aprovechábamos para hacer algo de senderismo, reunirnos en una zona poblada de cabañas en la zona de camping más cercana y pasar allí unas horas contando historias y jugando a las cartas. Si eres un joven de Silent Town ese era tu plan perfecto para una noche de verano o un fin de semana.
Salí en busca de mis amigos y antes de emprender el camino hacia el bosque, Violeta me señaló la casa de Lysandro que vivía en frente mía.
-    ¿No te olvidas de alguien? – bromeó.
Era la primera vez que me enfrentaba a algo así, me puse muy nerviosa porque no iba a invitar a un chico cualquiera a pasar un rato con nosotros en el bosque. Las luces de la casa de Lysandro estaban encendidas así que no tenía escapatoria. Al sonar el timbre, me sobresalté al ver a Nina que llamó a su hermano emocionada. “¡Ha venido Courtney, Lysandrito!” Mis amigos se rieron al escuchar la voz chillona de Nina al decir “Lysandrito” pero yo permanecí seria a la espera de que saliera el mismo Lysandro.
-    Hola Courtney, dime, ¿qué hacéis todos aquí?
-    Yo… eh… esto…- Tragué saliva para soltárselo todo- No puedes vivir en Silent Town sin conocer nuestro bosque, ¿te apetece venir con nosotros?
Mi corazón parecía que iba a estallar de lo rápido que iba, me fijé en la expresión de Lysandro que estaba asimilando mi propuesta, una propuesta que no tardó en aceptar.
Entró a su casa para consultarlo con su familia y volvió a salir con altas expectativas con el bosque, parecía que le hacía mucha ilusión la idea.
El bosque era un lugar misterioso y mucho más cuando era de noche, la zona a la que siempre íbamos estaba vigilada para que no llegara a ella ningún animal, aunque todas las especies estaban protegidas. Hacía una noche estupenda para ser invierno, la tranquilidad dominaba el ambiente. Llegamos pronto a la zona de acampada y Violeta fue la primera en encontrar un sitio para los cuatro y en orden, fuimos sentándonos hasta acomodarnos.
No teníamos cartas pero tampoco pretendíamos quedarnos mucho tiempo porque la idea era pasar un rato para darle la bienvenida oficial a Lysandro. Todo idea de Eric.
De este modo, comenzamos nuestro “ritual” de contar las diferentes historias que circulaban por el pueblo, había de todo, de ovnis, fantasmas, vampiros, anécdotas que contaban las personas más mayores del pueblo para asustar a los niños, eso hizo que de repente me acordara del sueño en el que yo era un monstruo que atacaba a otro ser tan espeluznante como yo.  En opinión de Eric, tendría que buscar algún libro que hablara sobre el significado de los sueños, muy interesantes si quieres saber  más sobre tu subconsciente. Empezamos hablando acerca de los sueños que habíamos tenido cada uno hasta terminar hablando de la Casa de las mil ventanas, un tema iniciado por Violeta, pues aprovechó la ocasión para contarle a Lysandro más cosas sobre el pueblo.
La Casa de las mil ventanas era supuestamente una casa embrujada y según algunos visitantes, se han encontrado sombras misteriosas y una mujer que les observaba desde una ventana en la segunda planta. Cosa imposible porque la casa se encuentra en ruinas y la entrada a la segunda planta estaba inaccesible. Otras historias sostienen que la casa tiene un sótano con un pasadizo secreto que conduce a una habitación donde se encuentran unas momias…
Mis amigos consiguieron asustarme un poco con sus explicaciones pero Eric, el más valiente de todos, decidió que un día tendríamos que entrar en esa casa y hacer frente a nuestros temores. Una idea que para mi fortuna, no fue apoyada por nadie.
Volvimos a nuestras casas y al mismo tiempo que Eric y Violeta seguían discutiendo sobre el tema de la casa embrujada, Lysandro me sonrió, afirmando que había pasado una buena noche y terminó diciendo que no debería preocuparme por esas historias. “Recuerda que todo está en tu mente”.
Por fortuna, pude dormir casi del tirón aquella noche, pero me desperté un momento por la sed y cuando volví a dormirme, en vez de volver a tener el mismo sueño de siempre, soñé con unos gigantescos ojos rojos, amenazándome.
2 pastelitos Deja el tuyo!